Historias escalofriantes que dejan al descubierto el sistema imperante en las prisiones: la corrupción y el poder en manos de unos pocos.
Si algo destacó en esta entrega fue la entrevista realizada por Jalis de la Serna a Jairo, más conocido como`Popeye`, jefe de sicarios del fallecido Pablo Escobar.
El preso se mostró frío, poderoso y desafiante. Eso sí, en algunos momentos mostraba un falso arrepentimiento. Sin mover ni una pestaña relató que se había visto implicado en más de 3000 asesinatos y había matado a más de 250 personas. El ex- colaborador de Escobar se jactaba de aparecer en el libro del narcotraficante fundador del Cartel de Medellín.
Un Jalis de la Serna haciendo PERIODISMO, si en mayúsculas, preguntando, indagando y manteniendo la mirada al preso. Jairo vive en una de las cárceles más seguras de Colombia. Custodiado por los funcionarios,`Popeye`colabora con la justicia y su vida corre peligro, no en vano han intentando envenenarle hasta en siete ocasiones por lo que su comida es supervisada por los funcionarios y la policía. El sicario vivía como un rey mientras los españoles sobrevivían como podían.
"En Colombia es un honor ser bandido" así de orgulloso se quedó la mano derecha de Pablo Escobar que repartió para todos, y no podía terminar sin atacar a España. "Los bandidos vienen de España". El sicario afirmó que "más de 250 coches bomba fueron destinados porque ETA nos enseñó".
Algo que llama poderosamente la atención es que el defensor de los derechos humanos en el penal sea un preso juzgado por homicidio, a lo que el respondió que "quien entra en la cárcel es la persona y no el delito". Un asesino defendiéndote, sin palabras.
Mención aparte merece los comentarios de los funcionarios de prisiones hacia los españoles, burlándose de ellos y tachándoles de que no les gustaba el agua. De paso se jactaban de que los españoles se encontraban en el mejor país del mundo.
Españoles de Asturias, Valencia, Burgos, Andalucía con una misma intrahistoria: correos de la droga. Unos por necesidad, otros por extorsión pero todos cumpliendo unas penas que en España no las llegarían a cumplir integras, o si al caso, con permisos carcelarios.
Si estar privado de libertad ya es algo que no deseas ni a tu peor enemigo, más duro es tener que estarlo en esas condiciones tercermundistas, con una sanidad y una higiene ínfimas.
Los españoles no dudaban en denunciar las condiciones en las que sobreviven. La embajada les proporciona algunos productos de primera necesidad como papel higiénico y productos íntimos en el caso de las mujeres.¿Pero al ver como viven uno se pregunta, ¿Cómo es posible que el Gobierno o las embajadas no actúen con más celeridad?.
Muchos de ellos no pensaron en las consecuencias y nunca imaginaron acabar presos y cumpliendo condenas de más de 10 años. Madres que hacen lo que sea por sus hijos, hasta cumplir los delitos por ellos. Presas esperando a ser juzgadas que muestran el colapso y el hacinamiento en el que viven.
Españoles de Asturias, Valencia, Burgos, Andalucía con una misma intrahistoria: correos de la droga. Unos por necesidad, otros por extorsión pero todos cumpliendo unas penas que en España no las llegarían a cumplir integras, o si al caso, con permisos carcelarios.
Si estar privado de libertad ya es algo que no deseas ni a tu peor enemigo, más duro es tener que estarlo en esas condiciones tercermundistas, con una sanidad y una higiene ínfimas.
Los españoles no dudaban en denunciar las condiciones en las que sobreviven. La embajada les proporciona algunos productos de primera necesidad como papel higiénico y productos íntimos en el caso de las mujeres.¿Pero al ver como viven uno se pregunta, ¿Cómo es posible que el Gobierno o las embajadas no actúen con más celeridad?.
Muchos de ellos no pensaron en las consecuencias y nunca imaginaron acabar presos y cumpliendo condenas de más de 10 años. Madres que hacen lo que sea por sus hijos, hasta cumplir los delitos por ellos. Presas esperando a ser juzgadas que muestran el colapso y el hacinamiento en el que viven.
Cárceles colapsadas, presos que viven en los pasillos de las prisiones con colchonetas viejas y rotas. Para sobrevivir y acceder a alimentos básicos de primera necesidad sus familias les envían dinero ante los precios tan altos de los alimentos. Los españoles son una piña, cada uno vigila y vela por el otro y así la situación se hace más soportable.
Minutos, horas, días, semanas, meses. El tiempo pasa y cada vez queda menos para recuperar la libertad, la vida. La familia y su rutina. Cientos de españoles esperan en Sudamérica salir libres o ser trasladados a cárceles de España y al menos, aunque cumpliendo condena, estar más cerca de los suyos.
Minutos, horas, días, semanas, meses. El tiempo pasa y cada vez queda menos para recuperar la libertad, la vida. La familia y su rutina. Cientos de españoles esperan en Sudamérica salir libres o ser trasladados a cárceles de España y al menos, aunque cumpliendo condena, estar más cerca de los suyos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario