Muñecos que parecen de verdad pero que no lo son. Con sus marcas de nacimiento, pestañas,pelo, cabeza que se mueve como la de un recién nacido, tamaño diminuto que toman el biberón y que aparentemente se comportan como un bebé. Su origen se remonta a la Alemania de la segunda Guerra Mundial, cuando las madres, ante la escasez de medios, se vieron obligadas a rehacer y redecorar las muñecas de sus hijas para que parecieran nuevas.
Unos bebés a los que se les viste, se les da el biberón, de comer, se les compra ropa y les sacan de paseo.Dos tipos de muñecos, unos más reales y otros más asequibles. Bebés reborn de vinilo y silicona estos últimos son tan reales que se les puede confundir con un bebé. Una afición no asequible para todos los bolsillos. Los de silicona oscilan entre los 1.000 y 3.000 euros, mientras que los de vinilo no sobrepasan los 700 euros. Quienes los fabrican también coleccionan a estos bebés en los que invierten una media de tres semanas hasta poner a la venta. Los hay de todos tipos y tamaños, desde prematuros hasta bebés de varios meses.
Un mundo que cada día gana más adeptos, desde coleccionistas hasta mujeres que los sienten como a un hijo. Pero ¿tienen las personas que los "adoptan" carencias emocionales? Madres de familia que tienen varios reborn. Samanta Villar dió voz a una amante de estos bebés que vivía por y para ellos. Había llegado a tener 600 muñecos. A todos estos hay que incluirles ropa, e incluso joyas, pulseras y anillos de oro. Mujeres que han perdido a sus hijos, otras no han podido tenerlos y algunas no quieren porque los reborn (renacidos) "no te hacen sufrir" Opiniones para todos los gustos. ¿Por qué tener a muñecos en vez de adoptar? Para algunos es una locura, para otros es una afición y los restantes no entienden cómo alguien puede llegar a gastarse 1.000 euros en un bebé reborn.
