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lunes, 3 de noviembre de 2014

España asfixiada por la corrupción

A estas alturas nadie duda de que Pablo Iglesias es un auténtico líder mediático, un fenómeno de masas. Todo lo que sale de su boca se convierte al instante en noticia. Su escalda hacia el éxito ha sido meteorita, fundador y máxima cabeza visible de Podemos en apenas once meses han conseguido alzarse, primero y casi por sorpresa con cinco eurodiputados en las pasadas elecciones al Parlamento Europeo, y ahora y según la encuesta que publicaba este domingo El País, como el partido político más votado si ahora se celebraran elecciones.

La pérdida de credibilidad del resto de formaciones políticas y el hartazgo de los ciudadanos han motivado este fulgurante ascenso, especialmente en la semana más negra para el partido gobernante. Acuciado y asfixiado por casos de corrupción. Cuando casi no se ha destapado una nueva trama afloran otras. Pocas comunidades se salvan.

Desde Galicia con Pokemon, pasando por Asturias con el caso Fernández Villa, Cataluña con el caso Pujol siguiendo con Valencia y Madrid con Gürtel, lasTarjetas Black y la más reciente la Operación Púnica, Marbella con el caso Malaya, -precisamente una de las condenadas por este caso, la cantante Isabel Pantoja que había pedido la suspensión de su pena, condenada a 24 meses de prisión por blanqueo de capitales y a una multa de 1.147.000 euros, le ha sido denegada, esta misma mañana la Audiencia Provincial de Málaga se ha pronunciado y ordena su entrada en prisión- terminando si se puede decir terminar con Andalucía y su archiconocido caso de los Ere, sin olvidar Baleares con el caso Palma Arena y el Caso Nóos.

España está salpicada de corrupción de punta a punta. Un mal mayor ha aflorado con más fuerza que nunca y parece que nada lo detiene. Las medidas tomadas o no se han tomado a tiempo o no parecen ser suficientes y la justicia está saturada con tanta corrupción. De nada sirve compararnos con otros países como anoche mismo lo hizo Salvados con Dinamarca. En la política danesa apenas hay casos de corrupción y a los políticos ni se les pasa por la cabeza utilizar dinero público. Si lo hacen dimiten antes de que les echen. 
La ética, la moral, la honradez y la vocación de servicio público en nuestro país no se practican. Con este panorama a nadie le debe extrañar que los nuevos partidos políticos suban como la espuma y si encima eres un buen orador el éxito está casi asegurado.

Una nueva hornada de políticos jóvenes y con grandes dotes de comunicación han saltado en los últimos tiempos a la esfera política, Pablo Igesias, líder de Podemos, Alberto Garzón, Diputado de Izquierda Unida y Albert Rivera, Presidente de Ciutadans. Los tres líderes han logrado atraer hacia sus respectivos partidos a un gran número de votantes y abrir el melón del bipartidismo en España.


El PP y el PSOE prometen mano dura contra la corrupción. Medidas de regeneración democrática, bajada de impuestos, creación de empleo. Promesas y más promesas. Falta un año para la próxima cita de los ciudadanos con las urnas, las Elecciones Generales, en noviembre de 2015. Por un lado, Rivera aspira a dar el salto a la política nacional y por otro, a Iglesias le gustaría hacerse con el poder.

Este último se ha convertido en un auténtico filón para los programas de televisión. Programa al que va, programa que arrasa. Salvados, Viajando con Chester, las Mañanas de Cuatro, Al Rojo Vivo,la Sexta Noche, el Programa de AR. Las tertulias se lo rifan. Pablo Iglesias ha pasado del anonimato a las miles del éxito en apenas un año. De profesor de la Universidad a Eurodiputado y ¿posible presidente de España?. Los próximos meses y actuaciones, sin duda, serán decisivas para la política española. Ya no basta solo con pedir perdón, el arrepentimiento y la devolución de lo apropiado amansarían a unos ciudadanos que ven como algunos políticos utilizan dinero público en caprichos, mientras ellos no tienen ni para comer.