Napoleón: el asedio y destrucción de España
Cuando se cumplen 200 años de la ocupación y asalto de las tropas francesas a Castro Urdiales, el municipio prepara la recreación de la Francesada en la que murió más de la mitad de su población
Desde 1814, se realiza una misa y una ofrenda floral en la cruz de mayo en memoria de los fallecidos a manos del ejército de Napoleón. Este año, además de la placa que conmemorará a las 309 personas que fueron asesinadas, se realizará un ciclo de conferencias en el que participarán historiadores venidos desde Inglaterra, Montpellier o Navarra.
El archivo municipal, existente desde la época medieval, conserva documentos originales gracias a los alguaciles, vecinos y su párroco, Juan Bautista Brodet. Ellos, mediante cartas y escritos, dan fe de lo sucedido, según relata la archivera municipal, Carmen Galván. Este legado se va a exponer junto a objetos como los cañones utilizados o cuadros.
“Cuando las tropas de Napoleón dieron fuego a la ciudad, desaparecieron todos los papeles del Cabildo eclesiástico y los vecinos se quedaron sin documentación que pudieran identificarlos. “El Gobernador de la villa, Pedro Pablo Álvarez escribió una carta a Fernando VII en la que pedía que se restablecieran la documentación a los vecinos”, relata la archivera.
En la representación del asalto de los franceses a la villa, participan las asociaciones castreñas Desde el San Guillén y Cantu Santa Ana. Su presidente, Javier Garay, desfilará junto a 100 personas por todo el pueblo. Entre vecinos y miembros de la Asociación Napoleónica, italianos, ingleses y castreños recrearán con imágenes y aleluyas la historia de esa época.
Tal y como se recoge en el libro La villa de Castro Urdiales, la ciudad ardió por varios puntos y el único edificio que permaneció a salvo fue el Convento de Santa Clara. No respetaron a los ancianos, doncellas, enfermos, madres amamantando o sus hijos, todos sufrieron tan desgraciada suerte.
La concejala de Cultura y presidenta de la comisión organizadora, Ana Urrestarazu, insiste en que tienen “una obligación de conmemorar a los castreños que murieron, porque son apellidos que siguen teniendo descendencia”.
“Se quiere dar una dimensión cultural y turística al acto que permita en un futuro su desarrollo anual o bianual, para que se recuerde este dramático episodio de la historia de Castro”, señala la presidenta de la comisión organizadora.
La Francesada se financia, en parte, gracias al Gobierno de Cantabria junto con el Ayuntamiento y otros patrocinadores como entidades bancarias.
El archivo municipal, existente desde la época medieval, conserva documentos originales gracias a los alguaciles, vecinos y su párroco, Juan Bautista Brodet. Ellos, mediante cartas y escritos, dan fe de lo sucedido, según relata la archivera municipal, Carmen Galván. Este legado se va a exponer junto a objetos como los cañones utilizados o cuadros.
“Cuando las tropas de Napoleón dieron fuego a la ciudad, desaparecieron todos los papeles del Cabildo eclesiástico y los vecinos se quedaron sin documentación que pudieran identificarlos. “El Gobernador de la villa, Pedro Pablo Álvarez escribió una carta a Fernando VII en la que pedía que se restablecieran la documentación a los vecinos”, relata la archivera.
En la representación del asalto de los franceses a la villa, participan las asociaciones castreñas Desde el San Guillén y Cantu Santa Ana. Su presidente, Javier Garay, desfilará junto a 100 personas por todo el pueblo. Entre vecinos y miembros de la Asociación Napoleónica, italianos, ingleses y castreños recrearán con imágenes y aleluyas la historia de esa época.
Tal y como se recoge en el libro La villa de Castro Urdiales, la ciudad ardió por varios puntos y el único edificio que permaneció a salvo fue el Convento de Santa Clara. No respetaron a los ancianos, doncellas, enfermos, madres amamantando o sus hijos, todos sufrieron tan desgraciada suerte.
La concejala de Cultura y presidenta de la comisión organizadora, Ana Urrestarazu, insiste en que tienen “una obligación de conmemorar a los castreños que murieron, porque son apellidos que siguen teniendo descendencia”.
“Se quiere dar una dimensión cultural y turística al acto que permita en un futuro su desarrollo anual o bianual, para que se recuerde este dramático episodio de la historia de Castro”, señala la presidenta de la comisión organizadora.
La Francesada se financia, en parte, gracias al Gobierno de Cantabria junto con el Ayuntamiento y otros patrocinadores como entidades bancarias.
Para Urrestarazu “los jóvenes no saben realmente lo que sucedió”. Por este motivo, se van a realizar una serie de charlas a colegios, institutos y a la escuela de adultos en diferentes niveles educativos, en las que se les explique lo que sucedió en Castro. “Los jóvenes saben quién es Napoleón, pero no saben que destruyó la ciudad donde viven”. “En los colegios e institutos, apenas se hace referencia a esta batalla”, concluye la concejala de Cultura.
