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miércoles, 23 de septiembre de 2015

Los refugiados abren los ojos al mundo

En unos días en los que se nos bombardea constantemente con información política, las elecciones están a la vuelta de la esquina, previsiblemente serán el 20 de diciembre, pero las catalanas están mucho más cerca, este mismo domingo. Nada parece ocupar más minutos de televisión que quién ganará en Cataluña si los que apuestan por la independencia o quienes quieren continuar formando parte de España.

Nada parece tener más importancia ahora. Ni siquiera ser uno de los países que según la OCDE más Ni-Nis tienen o tener una de la tasa de paro más alta de Europa. Nada peor que una guerra. Mientras Europa llega a un acuerdo un extremis sobre el reparto de cuotas de los refugiados sirios milones de personas a lo largo y ancho del mundo tienden una mano desinteresadamente a quienes lo han perdido todo. A quiénes han tenido que huir de bombas, sangre y masacre. Quiénes tenían una vida perfecta o simplemente de clase media y ahora no tienen nada. Ni siquiera dinero para pagar el altisimo precio por salir en barco arriesgando su vida. Por tener muchos no tienen ni a su familia. Familias rotas por la guerra o ahogados en el mar.

La foto del niño que yacía en la orilla ahogado recorrió medio mundo y por fin y tras años despertó conciencias. El mundo comenzó a solidarizarse con los refugiados y a ayudarles, no a olvidar porque es imposible, pero si a mitigar los efectos de una guerra. Desde entonces miles de vídeos han recorrido internet, sus autores: ciudadanos sirios y especialmente niños que solo piden que acabe la guerra. En una guerra nunca hay ganadores, todos pierden algo y por mucho que un bando gane solo quedarán vidas rotas y mucho sufrimiento. Nadie, tan solo el paso de los años hará olvidar los efectos de una guerra. Millones de inocentes sin culpa muertos.

Europa se encuentra colapsada ante la llegada masiva de refugiados que tan solo buscan asilo y escapar del horror. Pero ante la situación de emergencia el cierre de las fronteras y la construcción de vallas con cuchillas frenan su llegada. Cuchillas que provienen de España y armas que provienen de media Europa. Todo es un negocio, unos se enriquecen a costa de pedidos masivos y otros pierden la vida.
La vida no es justa y menos para niños inocentes que sin culpa ninguna han nacido en medio del horror.