14N

#14N.


En menos de dos meses llevamos dos huelgas generales, esta última también a nivel europeo junto con Grecia y Portugal.Con unos servicios mínimos del 30% se ha saldado, aún sin concluir, con 117 detenidos.
 

Manifestarse es un derecho pero al igual que se respeta ese derecho también debería respetarse a la inversa. Si se quiere ir a trabajar no se debiera impedir, del mismo modo que todo debería transcurrir de manera pacífica pero siempre por una minoría se generaliza. A estas alturas se quiere regularizar el derecho a convocar manifestaciones o huelgas cuando es un derecho, pero nadie respeta nada.
 

Ójala con estas manifestaciones se lograría un cambio, ójala que el gobierno o quien corresponda escucharía a quienes depositan su confianza en ellos y ójala se darían cuenta del descontento generalizado y de la depresión en la que vive la mayoría de los españoles a causa de esta situación.

Han tenido que llegar a casos extremos en el caso de los desahucios, 2 muertes en menos de 1 semana, para que se tomen medidas y la situación se calme, pero de verdad los políticos no viven en el mundo real? no ven la situación de cientos de personas al borde de al pobreza extrema o de los desahucios y sin tener a dónde ir? A veces, da la impresión que viven en un mundo paralelo al terrenal.
 

Todo el mundo es consciente del momento tan delicado en el que está sumida España, cada día peores noticias si cabe, pero sí recorta en actividades imprescindibles y al día siguiente sale publicado supuestos delitos de prevaricación o corrupción, o los sueldos de los banqueros, después de llevar a la mitad de los bancos a la quiebra, la gente deja de creer en las promesas electorales y en la política en particular y la única manera de que sean escuchados es manifestarse.

¿Y que sucede cuándo las huelgas, por regla general, son convocadas por los sindicatos mayoritarios?

No todo el mundo sabe o no se para a analizarlo, los sindicatos son financiados con dinero público, han llegado a recibir hasta casi 48 millones de euros entre subvenciones, aportaciones del Ministerio de Trabajo, sin mencionar las ayudas que reciben de las comunidades autónomas.
 

No se puede hablar de los sindicatos alemanes, por parte de los españoles, como ejemplo cuando se financian gracias a las aportaciones de sus miembros. Parece un juego, apoyamos al trabajador pero seguimos recibiendo cuantiosas aportaciones de los fondos públicos. No deja de ser un negocio.

Aun así ojalá las huelgas harían a los políticos ver la realidad a pie de calle.