Todos somos París

La curva maldita

No hay palabras para expresar uno de los accidentes ferroviarios más trágicos que se recuerden en España en los últimos 30 años.
Imágenes que recordaban al fatídico accidente del 11-M. Imposible reprimir las lágrimas. Miles de vidas truncadas, sueños rotos o vidas que no conocían el mundo.

Lo que iban a ser reencuentros, vacaciones, descanso o sorpresas, se convirtió en la peor pesadilla que ningún ser humano sería capaz de imaginar: la muerte.
Muchas son las dudas existentes, preguntas sin respuesta por el momento, pero que más pronto que tarde obtendrán una respuesta, ¿por qué en un tramo cuya velocidad máximo es 80 el velocímetro marcaba 190 Kilómetros?

En el ojo del huracán se encuentra el  maquinista y una de las posibles hipótesis superar el límite de velocidad. Un conductor que en el momento que fue consciente se derrumbó deseando su propia muerte y que de momento se ha negado a declarar, pero antes del domingo deberá prestar declaración y aclarar  por su parte lo sucedido.

Y unas familias que tras enterarse de lo sucedido algunas se preguntaban que había hecho el maquinista.
Unas imágenes impactantes de un sobrecogedor accidente que nunca se podrá borrar de la memoria de todos y especialmente de los gallegos en su día grande.

Galicia está rota y no es para menos, en la plaza del Obradoiro se respira tristeza, oraciones y rezos  improvisados en memoria de los fallecidos.
78 vidas truncadas, un accidente que conforme pasaban las horas iba adquiriendo matices de una gran tragedia. España y el mundo entero se han volcado con quienes inesperada y fatídicamente han perdido a algún ser querido. Novias que iban de sorpresa, amigos a celebrar Santiago, esposas embarazadas, matrimonios, jóvenes; casi 80 vidas que perdieron la vida en la curva de A Grandeira.

Un Alvia malditos para muchos y que antes de realizar ese trayecto no olvidarán esta catástrofe.
El mundo entero se ha volcado con el pueblo gallego, historias de solidaridad que te recuerdan que en los peores momentos sacamos lo mejor de nosotros mismos, empezando por los propios vecinos de Angrois, municipio donde sufrió el accidente.

Ellos antes que los propios servicios de emergencias socorrieron a los heridos. Personas con nombres y apellidos que salvaron vidas de manera desinteresada y sin pensárselo dos veces. Héroes no reconocidos y que vieron un accidente para el que no todo el mundo está preparado. Se quejaban que con las escenas tan dramáticas que habían vivido no habían recibido ayuda psicológica y es que, de momento, no podrán olvidar lo que han visto y vivido.

Hospitales con personal sanitario de vacaciones o incluso médicos en paro que dejaron todo por ayudar, bomberos en huelga y que la desconvocaron, personas anónimas donando sangre hasta colapsar, tanatorios improvisados, hospitales de campaña en el lugar. Miles de historias llenas de solidaridad.

Imágenes impactantes, el convoy con los vagones descarrilados, el vídeo del momento del siniestro, los heridos, los muertos tendidos en el suelo. Una tragedia imposible de olvidar, y mientas  poco a poco los fallecidos van recibiendo sepultura y las causas del siniestro están aun por aclararse. El presidente de la Xunta, alberto Nuñez Feijóo ha pedido celeridad en el proceso y que se llegue al fondo del asunto. Visiblemente emocionado, con la voz entrecortada Feijóo transmitió nada más trasladarse al lugar del accidente el sufrimiento, dolor y consternación de Galicia por el accidente.

Hasta el lugar de los hechos se trasladaron diversas personalidades de los principales partidos políticos, desde el Gobierno central han decretado 3 días de luto y la Xunta una semana.
No solo desde el resto del territorio donde las muestras de solidaridad y apoyo al pueblo gallego no han cesado,también desde el exterior. El Parlamento Europeo o Gran Bretaña han mostrado su consternación ante este accidente.