Confesiones, dolor, agujetas, lágrimas, cansancio y 100 kilómetros por delante para completar la distancia mínima que un peregrino debe recorrer durante el Camino de Santiago. Rosa Benito vivió en primera persona la peregrinación hacia la capital compostelana, algo que media España, a tenor de la audiencia, pudo ver anoche en el documental que Telecinco emitió. "El camino de Rosa",fue lo más visto tras la derrota de España en el mundial de Baloncesto.
Dividido en dos partes con la protagonista como estrella indiscutible de la noche, y una tertulia con los colaboradores habituales del programa y otros invitados para analizar la última experiencia religiosa de Benito en este camino.
Rosa Benito pasará a la historia por ser la primera persona en España, o al menos de la primeras, en realizar el camino de Santiago,- lugar donde se puede ganar el Jubileo junto con Jerusalén,Roma, Caravaca de la Cruz y Liebana,- con cámaras. Al más puro estilo Conexión Samanta, salvando las distancias, decidió emprender un camino que según ella la ha cambiado la vida. Tanto que hasta incluso se ha tatuado la Cruz de Santiago.
Una noche redonda para Telecinco y en especial para Sálvame que como ya viene siendo habitual, desde la semana pasada, programó un especial para plantar cara a la competencia y lo consiguió. Un nuevo golpe de efecto que puede llegar a cansar a los espectadores. "Lo poco gusta y lo mucho cansa". Pero, tras cinco años el programa demuestra que está en plena forma. Eso sí, el discurso siempre el mismo, no hay nada de emoción, nada nuevo en una semana en la que "el rey de las tardes" y a este paso de todo Telecino, volvió a contar con la presencia de Terelu Campos. La presentadora abandonaba el programa en febrero alegando que necesitaba un descanso.Tras varios meses alejada de los focos, el lunes, previo una entrevista en el Deluxe contando su nueva vida, se reincorporaba a su trabajo.
Por cierto que Sálvame en cualquier momento cuenta con otra entrevista de altura, la de Chabelita Pantoja, ahora Isa. Cazamariposas ha acertado de pleno, en cuanto a audiencia y expectación, con el fichaje de la también ahora "it girl" para una sección de moda y belleza.
La hija de Isabel Pantoja se estrenaba este martes en su nievo trabajo y de paso copresentaba el programa, o más bien asistía a una entrevista sobre su vida privada, comentando qué peinado la quedaba mejor o curiosidades del tipo que le cogía el maquillaje a su madre. Y mientras la peinaban nada mejor que escuchar canciones en segundo plano de Pantoja e imágenes de ambas juntas y poco más. Un estreno y fichaje que ha levantado ampollas en las redes sociales, pero que al programa le ha servido para aumentar considerablemente su audiencia.
De momento por su sección semanal, "Isa" para Cazamariposas, cobrará 900 euros por un unos minutos, no llegaron a 20, que de momento no ha sido nada del otro mundo. La joven suspende en estilismo y no son pocos los que muestran su indignación por este fichaje mediático, tanto es así que desde Change.org se ha creado una petición a modo de protesta por el sueldo que percibirá.
¿Dónde quedó eso que te decían tus padres de estudia para ser alguien en la vida? Viendo estos fichajes queda claro que la preparación no lo es todo. Carreras, masters, expertos en moda y en el paro. Por no hablar del sueldo, cualquier español medio, que no llega a milerusita, desearía cobrar lo mismo que ella. Solo que un trabajador normal y corriente percibe lo mismo que Isabel, pero por un mes de trabajo.
Eso sí, para ir entrando de lleno en la televisión, la joven ya ha dejado caer a Jorge Javier, en Sálvame, que la tiene que invitar a un Deluxe. Por si fuera poco Hable con ellas contará con ella como la invitada estrella, este el lunes. Rocío Carrasco la acompañó durante su estancia en Barcelona para grabar Cazamariposas. Dos famosas con muchas similitudes.
Dos jugadas que a la Fábrica de la tele le han salido redondas. El Camino de Rosa y su peregrinación y el fichaje de la nueva "it girl" de España. Que tiemblen Sara Carbonero y Paula Echevarría que Chabelita ha llegado para quedarse, o al menos intentarlo.
