Toma partido se estrenaba el pasado lunes con Miguel Ángel Oliver al frente, uno de los rostros más reconocidos de Cuatro. Trasladar la política al acess. Una estrategia que por el momento no ha dado el resultado esperado, a pesar de que busca la interacción del público mediante las redes sociales. Mientras El Intermedio triunfa tratando la información política desde el humor, Toma partido muestra un debate al más puro estilo El Debate de la 1.
La mecánica es muy simple, Oliver como presentador moderando un debate entre cuatro tertulianos, rostros reconocidos de la pequeña pantalla como Esther Palomera, José María Izquierdo, Cristina Fallarás, Edurne Uriarte, Miguel Ángel Rodríguez o Alfonso Merlos. Dos a favor del asunto a debatir y dos en contra. Como en todo debate acalorado que se precie los turnos de palabras no siempre se respetan y mantenerse en su atril sin moverse es misión casi imposible. Por el momento El Intermedio ha quintuplicado en audiencia a Toma partido, que día a día ha ido perdiendo fuelle. Se estrenó por encima del medio millón de telespectadores pero ha ido descendiendo hasta quedarse por debajo de los trescientos mil.
Extraño que no triunfe un programa con tertulianos asiduos a la cadena, la mayoría de ellos proceden de Las Mañanas de Cuatro, cuando el matinal que presenta Javier Ruiz si lo hace e incluso ha adelantado su horario de emisión para adaptarse a la realidad política que vive España en estos momentos. Cambiar la mecánica del programa y hacer más publicidad pueden ser dos de las posibles soluciones para que Cuatro compita con sus rivales más directos.
