Casados a Primera vista: se acabó el amor

Primer divorcio y comienzo de la convivencia. En su quinta entrega Mariano y Laura, a su regreso a España tras la luna de miel, decidieron dar por finalizado su matrimonio. El resto de concursantes comenzaron conociendo a su familia política. En ese momento llegó una de las decisiones más importantes de los recién casados, elegir donde vivir. Tanto Laurent como Salva se trasladaron a casa de las féminas. El belga tuvo que dejar su negocio en Murcia por la negativa de la andaluza a dejar a su familia.El apego de ella con su familia y especialmente con su madre obligó a Laurent a dejar su restaurante para trasladarse a vivir al lado de la suegra.

Toñi se mostró implacable, a pesar de los esfuerzos de él, ella no cedía en nada. Todo la parecía mal, opinaba sin saber y apenas le dejaba hablar. El belga parecía el sirviente de ella, la gaditana ordenaba y el obedecía. Hasta la suegra tenía más sintonía con el que su propia hija. La llegada de la recién casada a Murcia fue de todo menos agradable, a todo ponía pegas, no estaba dispuesta a vivir allí. La concursante acabó reconociendo que era la que más fría se comportaba con su marido.




En Guadalajara Gloria y Salva comenzaron una convivencia muhco más fructífera que su luna de miel en Roma. La ingeniera conoció a sus suegros y el albaceteño se instaló en la casa de su mujer previa despedida de su madre que esperaba que su retoño regresara junto a ella, por si pasaba hambre le preparó varios tuppers. Amor de madre. Una vivienda, la de Gloria, decorada muy al detalle en un principio, pero que escondía una habitación que parecía la del pánico. Todo de muy buen rollo. Ambos fueron limando asperezas hasta la entrada en escena de la mejor amiga de Salva. Julia la amiga que más parecía la eterna enamorada. En medio de la comida no se cortó y espetó a Gloria: "Tu familia me cayó muy bien en la boda, muy simpáticos, pero tú me pareciste una borde". La poca afinidad que tiene a la mujer de su amigo quedó patente aunque el se empeñe en no verlo.

Y en Madrid Verónica y Enrique decidieron empezar una nueva vida lejos de sus padres. Primeras rencillas propiciadas por la adicción al tabaco, por el resto todo previsible.El primer mes de convivencia llega a su fin en la próxima entrega y a la vista de los acontecimientos solo Verónica y Enrique seguirán adelante son su matrimonio. El reality de citas demuestra que fiarse de unos tests no siempre es la mejor opción para encontrar a tu media naranja. Anoche, Casados a Primera Vista registró su mejor dato de la temporada con 2.714.000 millones y un 16,2% de cuota de pantalla.

Casados a Primera Vista: la vida sigue igual

Casados a primera vista está llegando a su recta final. Este martes, los espectadores pudimos ver los últimos días de la luna de miel de los cuatro concursantes. Estambul, México, Estados Unidos y Roma. Varios días para conocerse mejor y decidir a su vuelta a España si quieren seguir casados. A estas alturas lo que queda claro es que un test de compatibilidad que no de atracción física y personalidad no es la mejor idea para conocer a tu futuro/a marido/mujer. Solo una de las parejas es compatible y tras la finalización del reality siguen juntos, algo que ha quedado en evidencia desde el principio.

El resto pareciese como si no viesen el momento de perderse de vista. Y la pregunta que hizo el guía turístico a una de las parejas sino es por amor, la luna de miel o los regalos ¿Por qué te has casado?. Quizá vivir una experiencia diferente, que se siente al casarte y convivir con un desconocido.Si el programa cuenta con más ediciones, por favor que cambien el test o que elijan a otros psicólogos. De cuatro parejas, solo una ha encontrado a su media naranja. 

Anoche lo mejor fueron las ganas de ver tiendas de Toñi. La gaditana en su viaje de luna de miel a Estambul no entendía como en las mezquitas no había tiendas. La cara le cambió al ver alfombras, ella quería alfombras, las consiguió. Eso sí, como todo un caballero el que cargó con ellas y como premio una vez más volvió a dormir en el sofá.En Roma Salva y Gloria intentaban disfrutar de la ciudad, o mejor él lo intentaba o porque a ella todo, todo, la recordaba a su ex. El albaceteño intentaba complacerla pero ella no cedía. Lo dijo: no había superado esa situación. Poco a poco y gracias al vino consiguieron por lo menos que ella sonriera. Todo lo contrario que Verónica y Enrique, ambos parecían conocerse de toda la vida. La complicidad se notaba a cada instante en su luna en Los Ángeles.

En México todo iba de mal en peor. Laura y Mariano no consiguieron entenderse, ellos son una de las primeras parejas a las que a su regreso a España se las plantea el divorcio. En su última noche con cena romántica de por medio ni siquiera se dirigieron la palabras. Demasiadas ganas de volver a su vida anterior y de perderse de vista. Está visto que no todos los experimentos tienen que salir a la perfección y que menos que funcionen. En su quinta entrega, el próximo martes, veremos a su regreso a España quienes quieren seguir conociéndose y por contra quienes deciden cortar por lo sano.