La protagonista es estos días la política y todo lo que acontece a su alrededor. Ni la crisis, el paro o la llegada de refugiados. Las elecciones están a la vuelta de la esquina y se nota. Encuestas, presentación de los programas electorales, mítines, entrevistas, baños de multitudes especialmente de Iglesias y Rivera.
Ciudadanos y Podemos han llegado para demostrar que otra forma de hacer política es posible. Especialmente este último. Con sus luces y sus sombras ha sabido transformar un movimiento como el 15 M en un partido político. Con un programa electoral que muchos califican de idealista e realista, no en vano han tenido que modificar varias de sus propuestas, éstas idealistas precisamente han logrado que el resto de partidos impulsen medidas como la renta básica universal o la subida de impuestos para las grandes fortunas.
Mientras Pablo Iglesias y Albert Rivera luchan por llegar a la Presidencia del Gobierno, Alberto Garzón y Andrés Herzog lo hacen por no desaparecer. El primero, Garzón, Izquierda Unida, arranca la carrera bajo la marca Unidad Popular, una candidatura popular que busca mantener viva la llama del 15-M. Garzón intentó unirse a Podemos pero no pudo ser. El joven lucha por mantener una formación a la que apenas le queda representación.
Herzog, UPyD, por su parte, se enfrenta al reto de levantar al partido que ha destapado y sentado ante la justicia a los principales implicados en casos de corrupción. Tras la salida de Rosa Díez del partido después de las elecciones municipales que les dejó sin representación autonómica. Hecho que junto con las voces críticas del partido y las continúas bajas de afiliados obligaron a Rosa Díez a abandonar el partido, que ella misma había creado en 2007, tras su salida del PSOE. Su posible unión con Ciudadanos para confluir juntos en las elecciones y la marcha de Irene Lozano y Toni Cantó marcaron un antes y un después en la formación magenta.
Tony Cantó fichó por Ciudadanos como cabeza de lista por Valencia e Irene Lozano hará lo mismo por Madrid con el PSOE. El mismo partido al que tanto ha criticado sus casos de corrupción ahora abraza. Muchos de sus ahora compañeros han criticado este fichaje que para otros es símbolo de regeneración democrática. El 20- D veremos si Garzón y Herzog se mantienen a flote, o por el contrario están condenados a desaparecer.
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