Todos luchan por lo mismo su cura. Una cura que tiene propietario. "Sovaldi" este es el tratamiento por el que los enfermos se han encerrado en hospitales, han alzado su voz en los medios de comunicación y han protestado frente a la multinacional que tiene la patente en España, Gilead. Cada día en España mueren varios enfermos y la cotización en Bolsa de la farmacéutica ha crecido hasta casi un 200%. Una auténtica paradoja. Estrategias comerciales y un precio, el que los gobiernos estén dispuestos a pagar. Mientras en España se estima que tres semanas de tratamiento tienen un coste de 25.000 euros en Estados Unidos se dispara hasta los 60.000 y en Egipto y La India se reduce considerablemente, 600 euros. Un coste muy por debajo de otros países debido al riesgo de fabricar un fármaco genérico.
Cada hora cuenta, cada día puede ser el último. Los enfermos viven a contra reloj, algunos con "sentencias de muerte". Samanta Villar dió voz a afectados, hepatólogos, representantes del Ministerio de Sanidad y por supuesto al descubridor del milagro salvavidas. Raymond Schinazi padre de Sovaldi. Schinazi expresó su principal deseo: "Salvar vidas", pero "ganar dinero también". ¿Es negocio la vida de las personas? Más de cuatro millones de personas se contagian cada año en el mundo de este virus mortal que se contagia por la sangre.
Mientras el Ministerio de Sanidad negocia el tratamiento para los enfermos más graves, eso sí, a veces llega demasiado tarde. Una enfermedad que en los peores casos puede derivar a cirrosis, trasplantes de hígado y cáncer. Los enfermos continúan luchando por la vida y por no ser un negocio. No se puede entender como hay dinero para cosas superfluas y para seres humanos debatiéndose entre la vida y la muerte parece que no.
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