Una historia en la que si aparecía la supuesta amiga de Junior con la que él confesaría en sus memorias haber sido infiel a Dúrcal. Los triunfos y las alegrías de una familia unida y que parecía perfecta, desde su matrimonio, el nacimiento de sus tres hijos, hasta el fallecimiento de la artista en 2006 a causa de un cáncer de útero. Una pérdida que sumió a su viudo en una depresión hasta su muerte.
La imagen de familia unida quedó en evidencia tras el reparto de la herencia de Rocío Dúrcal. La paz familiar saltó por los aires y comenzó una batalla campal entre sus dos hijos mayores y el propio Junior. Idas y venidas con la justicia de por medio y su otra hija, Shaila, como mediadora que quedaron resueltos con el perdón público de su padre en un plató de televisión y la paralización de los procesos judiciales.
Una paz que ha reinado hasta su desaparición por sorpresa este martes. Un muerte inesperada que ha dejado a sus allegados en shock. Se fue sin hacer ruido y en segundo plano como estuvo la mayor parte de su vida desde que conociera a la cantante.
En la sombra, el filipino se dedicó a cuidar de sus hijos y a gestionar la carrera de la reina de las rancheras. El ex integrante de Los Brincos abandonó su carrera musical, salvó pequeñas incursiones con su mujer, para encumbrar a Rocío Dúrcal al estrellato. Nominada a los Grammy y ganadora a título póstumo, ganadora de los premios Lo Nuestro,Billboard... Una carrera plagada de éxitos que ha continuado con su primogénita. Shaila -que ha tomado el apellido artístico de su madre-. En 2006 con su segundo disco- Recordando- en homenaje a su madre, alcanza la cima de su carrera. 12 años de trayectoria que la han consagrado como una de las artistas más importantes en el mercado musical con nominaciones a los Grammy, Billboard y a los premios Lo Nuestro.
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