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miércoles, 18 de septiembre de 2013

Los desahucios se llevan otra vida más

Ayer no era un día cualquiera en la vida de Amparo, había recibido una orden desahucio por parte de la Empresa Municipal de vivienda (EMV). A sus 45 años esta madrileña que vivía con su marido, tres hijos menores y dos nietos decidió "resolver el problema" de la peor manera, quitándose la vida.

900 euros. Esa es la cantidad exacta que se la reclamaba a la afectada. Este último caso lleva a preguntarse como es posible que nadie pueda parar estos desahucios, los mecanismos existentes no parecen suficientes y en los últimos tiempos la gente antes de acudir a asociaciones o incluso habiendo pedido ayuda decide suicidarse.

España se ha convertido en un país cuya bandera de presentación es la tristeza, si hay "brotes verdes" y signos leves de recuperación económica hay gente que no los percibe. Cuando antes nos colábamos fácilmente entre los países más felices del mundo ahora la cosa cambia, la crisis se ha apoderado hasta de nuestras ganas de vivir, y la hipoteca y llegar a fin de mes es el centro de nuestras preocupaciones.
Media vida por delante y menos de 1000 euros acaban con todas las ilusiones, sueños y retos.

¿Quién parará estas dramáticas situaciones?
La PAH denuncia que la Empresa Municipal de Vivienda (EMV) no deja que los afectados paguen la deuda aludiendo a que su situación no tiene arreglo. Un bloqueo por parte de las instituciones que terminan en verdaderas tragedias Lo que aparentemente era un día más en la vida de esta familia se convirtió en un desenlace inesperado.
Situaciones intolerables para cualquier país.

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