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lunes, 24 de junio de 2013

Wert y su polémica reforma


Los recortes o ajustes se pueden llegar a aceptar. Pero ha llegado un momento que la rabia, la indignación y la impotencia se apoderan especialmente de los jóvenes con un futuro "sin futuro".
La educación es un valor universal que todos tienen garantizado sin importar su nivel económico, pero ahora parece que esto puede cambiar.


Si por algo se ha hecho famoso el Ministro de Educación, José Ignacio Wert es por su reforma de la Ley de Educación, la tan conocida "LOMCE" o "La Ley Wert" que plantea introducir la asignatura de religión como asignatura obligatoria, no deroga la segregación en los centros pero quizá lo más polémico, aparte de la vuelta de la tan temida revalida, es aumentar la nota para acceder a una beca universitaria.

Cada día Wert consigue con sus declaraciones que más sectores educativos, incluso los propios consejeros autonómicos de educación, muestren su desacuerdo con esta ley que va camino de convertirse en una auténtica campaña entre el mundo y el propio ministro.

Antes de hacer las declaraciones hay que reflexionar seriamente sobre los miles de universitarios que están dejando sus carreras por no poder pagar las tasas universitarias. Este hecho se ha convertido en un auténtico drama social. Nunca antes las universidades habían tenido que crear fondos para que los alumnos no sean expulsados y puedan hacer frente al pago de las matrículas.

Escuchar o leer declaraciones en referencia a los estudiantes que obtienen becas como: "No es que les paguemos los estudios, es que les pagamos por estudiar", dan ganas de llorar. Siempre inculcándonos la necesidad de estudiar, no solo por labrarnos un futuro mejor sino para conseguir una mejor calidad de vida o por satisfacción personal y ahora leer esto.

Y lo peor es que no se da cuenta del impacto de declaraciones como: "la pregunta que hay que hacerse es si ese estudiante que no puede conseguir un 6,5 está bien encaminado o debería estar estudiando otra cosa".

Flaco favor le hace a su partido y a su presidente, Mariano Rajoy, a quien está levantando más de un dolor de cabeza con esta reforma y su rechazo. Si la confianza depositada por los ciudadanos y su credibilidad cada vez es más baja, esta ley educativa está dañando la imagen pública del Partido Popular.

Estudiar va camino de convertirse en un privilegio. En un país con un paro juvenil del 56,4%, ahora va a resultar que ni se va a poder estudiar por no poder pagarlo.
Las becas están para ayudar a quien no puede hacerse cargos de los costes que conlleva una carrera y afirmar que se les paga por estudiar o que el Estado sufraga un 70% de los estudios universitarios crea una incredulidad entre los jóvenes.

Se debería reflexionar, y mucho, sobre la cantidad de futuros truncados que puede dejar fuera esta reforma. Una cosa es que suba medio punto o incluso un punto la nota media para acceder a una beca, y otra cosa es decir que quien no consiga un 6,5 de media debería replantearse si seguir estudiando.

Aunque no sea una nota excesivamente alta, depende de la carrera. Y es que, si quien no consigue sacar un 6,5 para obtener una beca debe replantearse seguir estudiando en la universidad, ¿también se lo tiene que replantear aquel al que no le haga falta la beca?

Este tipo de declaraciones hacen que sea uno de los ministros peor valorado, 1´76. Otro punto conflictivo de la reforma es la asignatura de religión, el aumento de sus horas lectivas y que compute como nota media.

Con este panorama no es de extrañar que si ahora hubiese elecciones el Partido Popular, tal y como informa La Cadena Ser,volvería a ganar con el 30,3% de los votos, aunque obtendría 14 puntos menos que en las últimas generales. El PSOE también cae, lograría un 22% según el estudio realizado por el Observatorio "Myword" para esta radio.Destacar la subida y con fuerza de UPyD e Izquierda Unida.


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