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domingo, 24 de abril de 2016

Iglesias y los medios de comunicación

Desde tiempos inmemorables los políticos y los medios nunca han sido íntimos, la labor de los segundos es buscar y difundir  la verdad de los primeros, siempre se ha caracterizado por tener una relación tirante, con tiras y aflojas. Hasta ahora, pero ésta semana todo ha saltado por los aire. Pablo Iglesias -líder de Podemos- ha criticado a los medios de comunicación tachándoles de poco objetivos ya que "nunca publican cosas buenas de Podemos" y de estar al servicio del poder.

Extraño que alguien que conoce y domina tan bien los social media critique su labor. La objetividad al 100 % no existe aunque se persiga y los éstos siempre van a simpatizar más con unos ideales que con otros. Los medios al servicio del poder, en ocasiones la independencia, pluralidad y la libertad se ponen en entredicho, pero precisamente ahí radica la libertad del lector para leer y consumir lo que él quiera. 

La metedura de pata de Iglesias ha sido una de las polémicas de la semana, los periodistas le han dejado plantado,- algo que hasta la fecha no había sucedido con ningún otro político- y él ha tenido que pedir disculpas públicamente. Puede que un mal día lo tenga cualquiera, pero ha ido a descargar su ira con el menos indicado, el mensajero.

A partir de ahí se ha abierto un debate en el que incluso algunos miembros de su partido han sugerido que se debería de "abrir un debate sobre cómo funcionan los medios por dentro". ¿Algún ciudadano se ha preguntado cómo funcionan los partidos políticos por dentro? Pero de verdad, con absoluta transparencia. 


La semana "horribilis" de la formación morada se ha cerrado intentando quitar hierro al asunto pero quien sabe si con una fuga importante de votos. Los errores se pagan. Y sí, los nervios está a flor de piel y la batalla por ganar las elecciones cada día es más encarnizada, no importa a quien te lleves por delante con tal de vencer. Sino existiesen los medios tampoco los políticos podrían llegar a todos los ciudadanos. Ellos que siempre han ocupado horas y horas en los principales medios difundiendo su mensaje. Menos criticar y más autocrítica. Los unos y los otros se necesitan. No matemos al mensajero.